lunes, 14 de marzo de 2016

Cheverny

#cheverny #loira

In Memoriam Elsa


Un 'palacio encantado'. Coherencia y armonía. Una saga. Colección de mobiliario que refleja el paso de las generaciones, probablemente la mejor del Loira. Tapices belgas, pinturas, paredes tapizadas en cuero.
Y para completar, protagonismo en una famosa historieta...
Todo ésto, y más, es Cheverny. Una visita obligada.

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Hace 6 siglos que esta propiedad se mantiene en poder (con dos breves períodos de pocos años) de la misma familia. En los 1500 ya había un castillo, propiedad de los Hurault, financistas y oficiales reales en varios reinados.

Hoy el castillo sigue manejado por los herederos, los marqueses de Vibraye.

Inclusive se salvó de los destrozos de la Revolución, tan comunes en la zona, en parte porque los Hurault eran gente bastante popular y también porque la residencia fue usada por el gobierno para la recepción de embajadores. La familia quedó sin embargo afectada en sus recursos y vendió la propiedad en 1802, siendo recuperada por un Hurault en 1825.

Aún vive allí, en parte del piso superior, la familia del heredero actual, y en alguna de las salas hay fotos familiares antiguas y un interesante árbol genealógico.

Del antiguo castillo no se sabe bien qué es lo que permanece bajo los muros del nuevo, edificado a principios del S17 por Henri Hurault y su esposa Marguerite Gaillard. Nos encontraremos con sus iniciales H y M al desarrollar nuestra visita.

Por haber sido concretado en pocos años (1624-1640) y bajo una misma idea estilística, este château es sumamente coherente en su diseño, se dice que inspirado en el palacio de Luxemburgo, en París.
También se nota esta coherencia en su ambiente íntimo, en la armonía, el cuidado del detalle y el riguroso mantenimiento del mobiliario.


Las líneas horizontales que marcan la fachada son novedosas para la época y pasarían a ser características del estilo clásico francés.

Está construido en piedra de Bourré, del valle del Cher. Es una piedra blanda y fácil de trabajar, pero más sólida que la Toba del valle del Loira, que ya hemos visto en otros castillos.
Y al envejecer, endurece y se aclara, lo que da a las fachadas ese tono casi blanco.

Cheverny es hoy una joya inmaculadamente preservada que se nos antoja vivible. Fue una de las primeras propiedades del Valle del Loira en abrir sus puertas al público, en 1922.


TIP: El pequeño pueblo de Cheverny tiene algunos restaurantes y hoteles y es una opción para alojarse. Puede ser una buena base para la visita a otros castillos de la zona. Como es usual en pueblos franceses, vemos arriba un monumento conmemorativo a los caídos en la 1° Guerra.


Luego del ingreso desde el pueblo, cruzamos unos manicurados jardines hacia la entrada... oímos ladridos, los emite la jauría de caza que luego veremos en acción masticatoria.


Sobre el frente del edificio, medallones con imágenes de emperadores romanos. En el centro, Julio César.


TIP: Como siempre, al entrar no nos olvidamos de recoger nuestro folleto, que en este caso es particularmente bueno y describe las instalaciones al detalle. Tomarse unos minutos para ubicarse en lo que se va a ver!
Hay visitas guiadas (costo aparte) pero con el folleto es más que suficiente.

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El interior visitable tiene un recorrido prefijado, en un único sentido. Aquí algunas notas.

El comedor de gala.


Notable la gran mesa, que con extensiones puede sentar a 30 comensales.
El techo ricamente decorado.


Las paredes, tapizadas en cuero, con el escudo de armas de la familia: cruz azul y soles rojos.
A nivel de las miradas de los comensales, una serie de 34 paneles pintados relata la historia de Don Quijote de La Mancha.


Al fondo, una monumental chimenea de mármol, con aplicaciones doradas y un busto de Enrique 4°.

Por la escalera recta con descansos, estilo italiano, subimos hacia el piso superior. Está decorada con tallas referentes a las artes y las ciencias.


En el descanso, una armadura del S16 monta guardia, bajo una cornamenta de un antepasado prehistórico (siberiano) del alce moderno. Fue un regalo a un antepasado científico.


Ya arriba, pasamos por una serie de aposentos privados, todos con un toque más familiar, más humano.


Habitación de nacimientos, donde las recientes mamás solían presentar a sus nuevos vástagos.


Habitación infantil
Interesantes los caballitos de juguete, que empezaron a hacerse populares en la época de Napoleón 3°.


Habitación casados,
Aquí la nota cholula, con el vestido de bodas de la actual marquesa (1994). 


Comedor familiar.
No siempre había que usar el comedor principal... pero la vajilla, que fuera fina, eh?


Otros elementos de cocina y repostería.

Llaman la atención los biombos, que se usaban para amortiguar corrientes de aire.

Sala de Armas
Es la más grande del castillo, y refleja el gusto romántico por la caballería.




Una buena colección de armas y armaduras, inclusive una para niño. 

Habitación del Rey
Siempre es mejor estar preparado... con una buena habitación en caso de que pase un VIP y necesite hospitalidad.


Techo artesonado italiano, y una colección tapices siglo 17 con temas mitológicos.
Se exhibe una cama usada por Enrique 4°, quien visitó el castillo en una oportunidad. Su busto adorna el comedor principal. Parece pequeña, en esa época la costumbre era dormir sentado... se creía más saludable. El baldaquino ayudaba a mantener el calor.

Vestíbulo.
Interesante el árbol genealógico de la familia.

Gran salón.


Cuadros varios de realeza y familiares.

Galería.
Retratos y mobiliarios varios, y una perlita: carta de George Washington a un antepasado que combatió junto a Lafayette y Rochambeau en la Guerra de la Independencia norteamericana.

Salón de los Retratos
Más retratos de los Hurault, más finos mobiliarios.

Biblioteca


con mobiliario del 1° Imperio.

Salón de los tapices.
5 tapices de Flandes del S17, muebles de época y un cronómetro (servía para regular otros relojes menos exactos)

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Un poco de fantasía: el château de Moulinsart.

Quienes nos hemos divertido con la historieta que contaba las aventuras de Tintín, el joven periodista, de su perro Milou, del capitán Haddock, el profesor Tornasol, los inefables detectives Fernández y Fernández y los malandrines de turno, reconoceremos Cheverny como el castillo ancestral de los Haddock: Moulinsart.




Aparece por primera vez en 'El secreto del Unicornio' y es luego residencia de Haddock y escenario de varios libros posteriores.


El historietista belga Hergé (Georges Remi) se inspiró en la fachada de Cheverny para su creación. (comparemos quitándole a la fachada las torres de los extremos)


Hoy hay una exhibición en el castillo dedicada a Tintín, en conjunto con la Fundación Hergé. Cuenta con dibujos, objetos y cuartos de los personajes.

TIP: Les secrets de Moulinsart se cobra aparte y puede ser un alivio para algunos niños ansiosos, y les dará excusa a los padres para comprar luego alguna de las historietas y leéselas a los niños. O releerlas ellos... 
Quizá los fans se quedarán con gusto a poco.

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Exterior

Ya hemos hablado del aspecto exterior del château. Paseamos ahora un rato por las dependencias, vemos la Orangerie (invernadero) originalmente pensada para albergar naranjos traídos de España.
Aquí fueron escondidos varios tesoros del Louvre, entre ellos se dice que la Mona Lisa, en tiempos de la ocupación alemana en la 2° guerra.

Los jardines son muy interesantes, 'a la inglesa' es decir con disposición de las plantas y árboles más cerca de la natural, con el agregado de extensiones de césped que hacen de transición con las áreas construídas.

Hay también un huerto donde se cultivan las flores que alegrarán el recorrido de los interiores; una sala de trofeos de caza, y otras dependencias.

Volvemos a oir los ladridos... es hora de que la jauría de perros del castillo se alimente.

Son unos 70 perros tricolores, mitad foxhound inglés y mitad poitou francés, de pies grandes y mucha resistencia.
Se entrenan permanentemente, y cada día (ver horario) son alimentados con su ración de carne cruda.


Los perros pueden verse a cualquier hora, pero la hora de la comida es un espectáculo imperdible, como demostración del entrenamiento de los animales.

TIP: como la perrera está en camino a la salida, planear para poder asistir a la comida, si es de tu interés. (seguir carteles: chenil)

Los perros son traídos a una terraza de observación.


Luego un cuidador dejará en el suelo la carne, y esperará unos minutos. Los perros, entretanto, han dejado de ladrar, algunos emiten gemidos de ansiedad. Cuanto que tarda éste, compañero!


Sólo ante una señal del cuidador, se permitirán comer.

Vamos saliendo...

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TIP: A pocos metros de la puerta, hay una vinería dedicada a los vinos de Cheverny, que son frutados, livianos, aromáticos. Está manejada por los viñateros. Hay degustaciones, algunas gratuitas y otras pagas, y los viñateros atienden consultas. Buen lugar para llevarse un par de botellas y usarlas en futuros picnics.


En resumen, Cheverny nos ha resultado una visita muy agradable y recomendable!

Otros enlaces interesantes:


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